¿Merece la pena reparar la pala de pádel? | Pādel Nuestro
El desgaste y el tiempo no perdonan nada ni a nadie, ni siquiera a la equipación y accesorios que se emplean en la práctica del pádel. Cada cierto tiempo conviene reemplazar ciertos elementos para que el juego no se vea afectado. Pese a todo, hay una cuestión que más de un aficionado se habrá planteado más de una vez: ¿merece realmente la pena reparar pala de pádel o conviene reemplazarla? La respuesta corta a esta pregunta es que depende. Para que puedas tomar la mejor decisión, veamos qué factores debes tener en cuenta para decidir si darle una segunda vida o no.
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¿Qué considerar antes de reparar pala de pádel?
El deterioro de la pala es algo que ocurre tarde o temprano. Sin embargo, un aspecto crucial para extender el número de temporadas que nos acompaña en el área de juego es un buen mantenimiento. Esto, junto a la resistencia propia que la caracterice, son factores que influirán en su esperanza de vida. Aun así, el momento de pensar si reemplazarla o no llega en algún punto. Y habrá casos en los que merezca la pena invertir en una nueva, pero habrá otros en los que, quizás, mandarla a arreglar pueda hacer que disfrutemos de ella durante más partidos sin realizar un gran desembolso.
Una de las principales cosas a considerar antes de restaurar una pala es el tipo del que se trata. Si es una de gama baja, probablemente no convenga repararla y sí invertir en un modelo superior. Si en cambio, estamos ante una pala de calidad y que supuso un desembolso importante en su momento, arreglarla puede darle una segunda vida para disfrutar de ella varios meses más. Otra cuestión es el tiempo que tiene. Si se trata de una que nos ha durado bastante, quizás podamos plantearnos hacernos con otra nueva, aunque aquí también entra el factor sentimental, es decir, cómo nos sentimos con ella y el valor que le damos.
Sin duda, son diferentes circunstancias sobre las que reflexionar y valorar a nivel personal. Aunque en muchas ocasiones, dado el precio de las reparaciones, merece la pena probar.
¿Una pala reparada es igual que una nueva?
La sensación que nos transmitirá una pala que ha sido arreglada va a depender de varios aspectos. Para empezar, el nivel del jugador y el tipo de uso que se le da. Si se utiliza de forma más esporádica y se dispone de menos experiencia, probablemente no se aprecie la diferencia con una nueva. Si en cambio se emplea de forma más intensiva y la persona es más ducha, puede llegar a notarse alguna modificación en la sensación.
Esto se une al tipo de rotura o desgaste que se haya producido. Obviamente una pala que tiene que intervenirse de manera más invasiva va a sufrir más transformaciones. También contribuye la calidad de la propia pala y, por supuesto, algo que influirá sobremanera es la calidad de la propia reparación. Todo ello hará que la percepción final tras la reparación sea mejor o peor.
La clave, en muchos casos, está en encontrar buenos profesionales con experiencia. Serán, además, quienes mejor nos puedan aconsejar acerca del caso concreto de la pala, evaluando y detallando si tiene remedio y lo que se puede esperar de ella una vez pase por sus manos.
Por último, tras su reparación, muchos jugadores optan por utilizarla como una segunda pala, una opción con la que seguir aprovechándola si la seguridad al jugar con ella ha cambiado.
Signos que alertan de la necesidad de reparar pala de pádel o sustituirla
Antes de que el deterioro sea irreversible o de que afecte al juego, hay una serie de señales deben ponernos sobre aviso acerca de la necesidad de intervenir la pala. Para empezar, que genere molestias o incomodidades. Esto es algo que repercutirá en su manejo e incluso en el brazo. Otro signo es la pérdida de estabilidad y la presencia de muchas vibraciones, cosa que además puede perjudicar las articulaciones.
También hay que prestar atención a la pérdida de potencia en los golpes o a la disminución del control sobre ella. Al fin y al cabo, con su uso, la pala va perdiendo propiedades, un desgaste en el que se pueden ver implicadas todas sus partes, incluido el núcleo. Obviamente la aparición de grietas o roturas son síntomas evidentes de que necesita revisarse, bien para cambiarla o bien para repararla. Aquí el tipo de jugador también interviene; los que tienen un estilo más agresivo van a notar que la pala sufre más en un período más corto.
En este punto, es importante recordar lo esencial de un buen mantenimiento. Esto significa, por ejemplo, cuidar que la pala no esté sometida a cambios de temperatura, como los que puede soportar si se deja guardada en el maletero del coche. Tampoco conviene hacerlo si está mojada o húmeda, cosa que puede ocurrir si se juega al aire libre o en ciertas estaciones del año. Atender a este tipo de gestos puede marcar la diferencia y el tiempo del que podremos disfrutarla.
Reparar pala de pádel ofrece una serie de ventajas y desventajas. Entre las primeras y más evidentes es el ahorro económico, además de permitir disfrutarla más si se está cómodo con ella. La parte negativa es que, habitualmente, tras una reparación va a durar menos intacta, aunque de nuevo, dependerá del tipo de jugador. Además, puede no recuperar el rendimiento que tenía antes, algo que puede notarse especialmente en niveles competitivos. En cualquier caso, evaluar todas estas variables según tu situación y preferencias es lo que hará que tomes la mejor decisión, tanto para tu juego, como para tu bolsillo.
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