Descubre cuándo tienes que cambiar tu pala de pádel por otra nueva

Para todos, es fácil de identificar cuando debemos cambiar nuestras zapatillas, ya que más vale echarle un vistazo a la suela que sufrir un resbalón que te deje en el banquillo una temporada. Para las prendas de ropa tampoco hay problema, cada vez que un bolsillo se convierte en un puñado de hilos evidencia su fin, pero, ¿cómo sabemos si nuestra pala de pádel necesita el cambio?

Podemos identificar varios síntomas que nos indican que ha llegado la hora de ilusionarnos con una nueva pala, son muchos los factores que inciden en el desgaste progresivo de la misma:

1. Calidad de la pala.
2. Con qué frecuencia la utilizamos.
3. Como cuidamos nuestra pala.
4. El paso del tiempo.

1 – La calidad de tu pala vendrá predefinida por los materiales con los que ha sido fabricada porque no nos durará igual una pala fabricada con Carbono, Fibra de Vidrio o de Foam. Por norma general,  una pala de carbono siempre será más duradera y resistente que una pala de fibra de vidrio. Para que os hagáis una idea el 80% de las palas de gama baja están fabricadas con fibra de vidrio, mientras que el 90% de las palas de gama alta están fabricadas en Carbono. El Foam por otra parte, necesita un análisis aparte para temas de durabilidad.

2– La frecuencia con la que jugamos será otro factor a tener en cuenta, calculando que de media golpeamos la bola 290 veces durante un partido de pádel, no será nunca lo mismo jugar 1 o 2 veces por semana que 4 o 5, pudiendo ser la diferencia de unos 1200 golpes entre quien juega 1 partido semanal y el que juega 5. Es lógico por tanto que la pala se desgaste antes.

3– La forma en la que tratamos nuestra arma de juego también es importante: no es lo mismo ser cuidadoso en cada golpeo que andar haciéndose el héroe intentando golpear una bola ya perdida con el fatídico resultado que produce un impacto contra el cristal, la reja o incluso la pala de tu compañero.

4– El paso del tiempo no solo pasa factura a las personas, al igual que nuestras células «se deterioran” con el tiempo, las propiedades de los materiales de la pala también pierden facultades, en buena parte por los cambios de temperatura y la humedad entre otros factores que afectan a su estructura y composición.

Así pues, llegará el momento de cambiar tu pala en que la mitad del esmalte de tu pala es historia y ha saltado por el uso normal, o que tu pala de color blanco de repente cambia a tonos verdosos o amarillentos.

También deberás cambiar tu pala si notas que en el tacto tu pala ha cambiado y está más blanda de lo normal o si juegas entre 1 y 2 veces por semana y ya ha pasado 1 año. Así mismo, si juegas entre 3 y 5 veces por semana y han pasado 6 meses seguramente también sea momento de cambiar tu pala.

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